Me enamoré, Athis, de ti, hace mucho tiempo
Y me parecías sin gracia, como una pequeña niña
Sé que más tarde alguien se acordará de nosotras
Como el viento desenfrenado que en las montañas
cae sobre los bosques, el amor estremece mi ser.
No puedo decidir: hay en mí dos almas.
Hiciste bien en venir, pues te anhelaba y desfallecía
por este deseo que incendia mi alma.
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